Calabuig Nadal R, Galiana Gil R, Navalón Ramón E, Masi Rosell E.
fml. 2012; 16(7):4p
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Valoración de los médicos residentes en el centro de salud por los usuarios: A propósito de los cambios de duración en el periodo formativo de los residentes de Medicina Familiar y Comunitaria.
Rating resident doctors in the health center by users: Concerning the length changes in the formative period of the residents of Family and Comunity Medicine.
Rafael Calabuig Nadal1, Rafael Galiana Gil1, Emili Navalón Ramón1, Esther Masiá Rosell2.
1. Médico Adjunto de Medicina Familiar y Comunitaria.
2. Médico Residente de Medicina Familiar y Comunitaria.
Centro de salud Ontinyent II. Ontinyent. Valencia. Correspondencia: Dr. Rafael Calabuig. dr.calabuig@hotmail.com
Citar como: Calabuig Nadal R, Galiana Gil R, Navalón Ramón E, Masiá Rosell E. Valoración de los médicos residentes en el centro de salud por los usuarios: A propósito de los cambios de duración en el periodo formativo de los residentes de Medicina Familiar y Comunitaria. fml. 2012; 16(7):4p
Recibido el 1/03/2012 Aceptado el 1/07/2012 Publicado el 8/08/2012
Palabras clave (MeSH): Medicina Familiar y Comunitaria, Internado y Residencia, Atención Primaria de Salud, Pacientes, opinión pública.
Resumen
Objetivo: estimar la opinión que tienen los usuarios sobre la presencia de médicos residentes en las consultas de Atención Primaria en su último año formativo, tras el cambio en la duración de la residencia, de tres a cuatro años.
Diseño: estudio descriptivo, observacional y transversal.
Emplazamiento: centros de salud de Ontinyent.
Participantes: se seleccionaron por muestreo sistemático a 380 pacientes de las consultas de tutores MIR. Medición: basándose en un estudio previo se utilizó un cuestionario estructurado de preguntas de respuesta múltiple.
Resultados: de los encuestados, el 42’37 % prefiere que siempre les atienda el mismo médico, el 45 % cree que va a ser igualmente bien tratado aunque le atienda un profesional distinto, un 97,37 % entiende la presencia de los médicos residentes en la consulta y a un 94,74 % no les molesta la presencia de éstos. Un 96,05 % cree que su presencia mejora la relación médico-paciente y un 92,37 % refiere no callarse nada ante su presencia. Casi la mitad de los encuestados no cree tener derecho a opinar sobre su presencia y un 83,42 % refiere sentirse igual de bien tratados por su médico ante su presencia.
Conclusiones: la figura de los médicos residentes en las consultas de Atención Primaria es, en general, aceptada por los usuarios y la ven necesaria para su formación.
Keywords (MeSH): Family Practice, Internship and Residency, Primary Health Care, Patients, public opinion.
Abstract
Objective: To estimate the opinion that users have over the presence of resident physicians in Primary Care consultations in their final year training, after the change in length of residence, three to four years.
Design: A descriptive, observational and crossed estudy.
Location: Ontinyent health centers.
Participants were selected by systematic sampling of 380 patients MIR guardians queries.
Measurement: based on a previous study used a structured questionnaire of multiple choice questions. Results: Of the respondents, 42’37% prefer to always see the same doctor, 45% believe it will be equally well treated but will attend a professional other than a 97.37% means the presence of resident physicians in the query and a 94.74% do not mind their presence. A 96.05% believed that their presence improves the doctor-patient relationship and a 92.37% refers not shut anything whith him. Almost half of respondents do not think to have a say about their presence and a 83.42% reported feeling equally well treated by his doctor whith him.
Conclusions: the figure of the resident physicians in Primary Care consultations is generally accepted by users and are necessary for their formation.
Introducción
Después de más de 20 años de experiencia formativa de médicos residentes en el Departamento de Salud Xàtiva-Ontinyent, la figura del MIR se puede considerar como parte importante de la atención sanitaria y figura clave en la sustentabilidad del sistema sanitario de hoy en día.
El residente colabora estrechamente en la promoción de la salud individual y colectiva del departamento interviniendo en la asistencia sanitaria que se ofrece tanto en atención primaria como en especializada, siendo uno más a efectos de número de servicios prestados y determinante para alcanzar los objetivos marcados en cada departamento de salud.
Y todo esto es posible gracias a una formación de calidad que se les ofrece durante cuatro años en los que los residentes pasan por los diferentes servicios hospitalarios para afianzar sus conocimientos teóricos, junto con la práctica clínica supervisada, haciendo además tareas en atención continuada y medicina de urgencias donde, sin duda, aprenden la mayoría de los procesos que requieren una rápida actuación dado el carácter vital de los mismos.
Desde la aparición de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria, los residentes de diferentes promociones han participado activamente en la formación que desde la zona básica de salud de Ontinyent se les ha ofrecido. Ahora, con el nuevo plan de la especialidad se les ofrece un año más para poder hacer frente a nuevas áreas de conocimiento que hay en el área y reforzar sus estancias formativas mediante rotatorios más largos en aquéllas que, por su complejidad o diversidad, requieren un mayor estudio.
Tras la llegada del nuevo plan de estudios se podría pensar que los residentes de Medicina Familiar y Comunitaria terminan con una mayor preparación que sus compañeros de promociones anteriores, o al menos con más conocimientos sobre determinados aspectos clínicos que antes podrían haberse obviado por falta de tiempo. Ello hace que a su llegada al centro de atención primaria durante su último año formativo presenten una mayor experiencia que la que tenían unos años atrás. Y el hecho de que ellos presenten más confianza en sí mismos podría ser una función clave en el momento de llevar a cabo una entrevista clínica o una atención sanitaria, lo que a su vez debería ser percibido por el usuario.
La existencia de series y películas en televisión que ejemplifican, a nuestro parecer, de una manera burda el papel de los residentes dentro del sistema sanitario, han influido en la opinión que los usuarios tienen de los mismos, llegando a pervertir la figura hasta límites insospechados. Pese a ello, muchos usuarios desconocen qué es un médico residente y
cual es su labor en el funcionamiento de un sistema de salud. Muchos catalogan a los residentes como los «ayudantes de su médico» o les preguntan «si están haciendo prácticas» no sabiendo que son médicos titulados que se encuentran en un periodo formativo de su especialidad.
Esto nos hizo plantearnos si existía algún estudio que reflejara todo esto que percibíamos y llegamos a encontrar uno realizado hace unos años en otro centro de salud de nuestra provincia, concretamente por Rabanaque Mallén et al1, en un centro de salud en Puerto de Sagunto en 2003. Pero nos hizo preguntarnos si los resultados serían extrapolables a nuestro departamento y además si el paso del tiempo, nuestra experiencia formativa y el cambio en la duración de la especialidad habrían influido para bien o para mal en la valoración que tienen los pacientes de los médicos residentes. Con este motivo y aprovechando la sistemática del estudio previo realizamos el presente estudio.
Material y métodos
Diseño del estudio:
Elaboramos un estudio descriptivo, observacional y cualitativo en los centros de atención primaria de Ontinyent (Valencia), ciudad de 37935 habitantes según el último padrón municipal. La población diana del estudio fueron los pacientes procedentes de las consultas de tutores MIR que tenían residente en su último año formativo (6 en total con 9810 pacientes asignados).
Se realizó un muestreo sistemático para seleccionar a 380 pacientes de los que solicitaban cita y acudieron a las consultas durante el mes de abril de 2011 (al final del periodo formativo de los residentes). Se presupone un nivel de confianza del 95 % y un IC de +/- 5. De estos, 117 fueron hombres y 263 mujeres, de edades comprendidas entre los 15 y los 90 años (Tabla 1).
Recogida de datos:
Se utilizó el cuestionario estructurado modificado de O’Flynn et al2, que ya se había utilizado en el estudio previo. Constaba de 10 preguntas cerradas, de respuesta múltiple. El cuestionario se les daba a
los pacientes que lo rellenaban al salir de las consultas y lo depositaban en un buzón para que fuera totalmente anónimo y ellos lo percibieran así, de manera que no modificaran sus respuestas por miedo a lo que les pudiera pasar.
Después los datos fueron tratados en una base de datos y analizados con SPSS, obteniendo los resultados de cada respuesta (Tabla 2).
Resultados
Todos los pacientes seleccionados en el muestreo aceptaron realizar el cuestionario aunque algunos preguntaban si el motivo era que querían eliminar la docencia en el centro de salud. De estos, el 69’21 % fueron mujeres y el 30’79 % varones.
Un 42,37 % de los pacientes
prefieren que les atienda siempre
el mismo médico cuando consultan
por algún problema de salud
mientras que a un 35,79 % le es
indiferente. La mayoría de ellos, un
45 %, no creen que vayan a ser
mejor tratados porque siempre les
vea el mismo médico. Por sexos las
mujeres demandan en más
proporción que los hombres que
les atienda siempre el mismo
médico. Esto contrasta con los
resultados obtenidos en el estudio
previo de Rabanaque Mallén et al1, enelqueel71%delos
encuestados preferían que les
atendiese siempre el mismo
médico y el 67’3 % consideraban
que se les trataría mejor de ese
modo. Los resultados en cuanto a
los que opinan que prefieren que
sea el mismo según el problema de
consulta nosotros obtenemos un
resultado parecido al obtenido en el trabajo de Delgado et al3, donde obtenían que el 20 % prefiere que siempre sea el mismo dependiendo del problema consultado frente al 21 % en nuestro estudio.
Por otro lado el 97,37 % de los pacientes en nuestro estudio entiende la presencia de los médicos residentes en nuestras consultas, y a un 94,73 % no le molesta su presencia en ellas mientras son atendidos. Además, un 96,05 % cree que mejora la relación médico-paciente. Sólo un 7,64 % de los pacientes encuestados refiere callar cosas cuando está el médico residente delante. No hay diferencias significativas entre sexos. Estos datos son similares a los obtenidos en el estudio de Rabanaque Mallen et al1.

Para un 92,36 % el sexo del profesional sanitario no influye en el momento de consultar algunos problemas de salud, y sólo un 5% afirma que le influye en función de cuál sea el problema consultado. Casualmente este 5 % correspondía a un grupo de mujeres. En el estudio de Delgado et al3 un 20 % se veía influenciado porque el profesional f uese varón o mujer y en el estudio de Rabanaque Mallen et al1
sólo un 8 % en función del motivo de consulta.
Un 50 % de los encuestados creen que no tienen derecho a opinar sobre la presencia de los residentes en la consulta y un 44,73 % afirma serle indiferente el poder o no opinar sobre esto.
Por último, un 83,41 % de los encuestados creen que su médico les atiende de igual modo si está el residente presente, frente a un 13,95 % que refiere sentirse mejor atendido si está el residente delante. Si lo pudieran elegir, a la mayoría le es indiferente quién les atienda en la consulta cuando acuden por un problema de salud. Un 17,37 % elegirían a su médico si se les preguntase por ello y sólo un 10,79 % elegiría al médico residente.
Discusión
A modo de conclusiones podríamos decir que la figura del médico residente se halla completamente establecida en nuestro departamento de salud y es bien entendida por los usuarios quienes refieren no sentirse incomodados con su presencia en las consultas. La mayoría de los pacientes entiende que se trata de una parte de su formación y que por ello estaría justificada su presencia en las mismas.
Comparando nuestro estudio con estudios anteriores, podríamos decir que 7 años después no hay cambios significativos en cuanto a la percepción del papel de los residentes por parte de los usuarios, y si los hay, aunque discretos, siempre son para mejorar la opinión que ya tenían de éstos. Por ello, el hecho de aumentar en un año el periodo formativo durante la residencia no parece modificar demasiado la opinión ya bastante buena que de los residentes presentan los usuarios.
El hecho de que un porcentaje similar al de pacientes que si pudiera elegiría a su médico también elegiría al médico residente, y otro mayor al que le es indiferente a quién elegir para que le asistiese ante un problema de salud, habla de la buena relación que se mantiene entre médico- paciente y residente-paciente.
Esto sirve de excusa para alentar a las nuevas generaciones de residentes a trabajar como parte activa e integrada en los equipos de atención sanitaria en los que están incluidos, reivindicando y convenciéndose de que no son meros ayudantes de los médicos titulares, sino un estrecho colaborador
en la asistencia y promoción de la salud de los cupos a los que han sido asignados.
Además este estudio y otros de este tipo pueden servir de herramienta para medir cómo se están haciendo las cosas en la labor formativa de los residentes, ya que de una buena formación nacerán buenos profesionales para el mañana, y el hecho de que exista una valoración positiva al final de su periodo formativo por aquellos que son objeto de sus actuaciones como son los usuarios, da una mayor objetividad a la valoración ofrecida.
Como limitaciones al estudio diremos que no se han tenido en cuenta a pacientes que pueden haber abandonado los cupos de un determinado médico por problemas con algún residente si es que existe algún caso, pues al hacer el muestreo se eligieron pacientes adscritos en ese momento a los cupos de los tutores de residentes.
Tampoco se ha tenido en cuenta la opinión de los usuarios de otros cupos, donde no hay tutores hospitalarios, que en un momento dado puedan haber sido asistidos por los residentes tanto en atención continuada como en los servicios de urgencias hospitalarias y cuyo punto de vista podría modificar los resultados, aunque según creemos no serían variaciones muy significativas.
Bibliografía
1.- Rabanaque Mallén G, García Domingo C, Martínez Perpiñá S, Dolz Domingo A, Ordoño Domínguez F, Rubio Sanjaime P. ¿Qué opinión tienen los usuarios de la presencia de los médicos residentes en las consultas de atención primaria? Aten Primaria. 2005; 36(1): 25-30.
2.- O’Flynn N., Spencer J., Jones R. Consent and confidentiality in teaching in general practice: survey of patients’ views on presence of students. BMJ. 1997 Nov 1; 315(7116): 1142.
3.- Delgado A., Martínez Cañavete T., García V., Frías J., Rueda T., Morata J. Preferencias y estereotipos de los pacientes sobre el género del médico de familia. Aten Primaria. 1999; 23(5): 268-74.
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